La cocina como espacio vital

Las personas se reúnen ahora en torno a un espacio que ha pasado de estar apartado del resto de la casa, a tomar un protagonismo que lo sitúa en el centro del plan del hogar.

Más de la mitad de los particulares hizo reformas importantes en sus cocinas, como cambiar su diseño o renovar las instalaciones eléctricas o de fontanería —55% en ambos casos—. Uno de cada tres particulares reformó o aumentó el tamaño de la cocina durante las reformas —38% y 30%, respectivamente— (fuente: Houzz). La pandemia ha obligado a repensar los espacios del hogar, buscando la flexibilidad y adaptabilidad, para recoger todas las actividades cotidianas de los miembros de la casa. La cocina ha sido la estancia que más carga emocional y de actividad ha sufrido. Desde cocinar hasta trabajar o hacer los deberes, este rincón de la casa ha continuado evolucionando como un espacio social, convirtiéndose definitivamente en el corazón de la vivienda. Como protagonista de la economía doméstica, la cocina, que durante los últimos años se planteó desde la perspectiva foodie, ahora gana terreno como un espacio social pero también funcional. A medida que crece en importancia y aúna cada vez
más actividades, en el futuro, los consumidores esperarán que la cocina sirva para más propósitos, tanto prácticos como emocionales.

Drivers del cambio

La pandemia ha hecho que todos los espacios de la casa ganen en funcionalidad. El baño y en especial la cocina han sido dos de las áreas que más carga de actividad han soportado. Dos tercios de los consumidores hicieron cambios importantes en su cocina en 2021, mientras que dos de cada cinco usuarios aumentaron el tamaño o reorganizaron las paredes (fuente: Houzz). En este boom de reformas de la cocina, los conceptos open space de los últimos años han generado una práctica diaria de la cocina, que poco a poco ha ido cambiando su función. La cocina se multiplica ahora como una oficina o espacio de descanso, así como emocional, sirviendo como un lugar para el entretenimiento, no solo para la practicidad. A pesar de que el 28% de las personas dicen que la amplitud es una de las cosas que más ha crecido en importancia en los últimos 12 meses (fuente: Ikea), los metros cuadrados medios de las viviendas descienden. Y el futuro augura una reducción mayor de los metros cuadrados privativos. Espacios como la cocina deberán ser más multifuncionales y polivalentes.

«A día de hoy, la cocina es un nodo de actividades, un lugar donde nos reunimos, trabajamos, aprendemos y donde pasan muchas cosas. Su diseño debería planificarse como una cocina social, flexible e inclusiva y no como un espacio aislado y focalizado a un único uso».
Ana Ramón, Isho Design

La consecuencia

Las personas se reúnen ahora en torno a un espacio que ha pasado de estar apartado del resto de la casa, a tomar un protagonismo que lo sitúa en el centro del plan del hogar. En 2022 y en adelante, las cocinas seguirán teniendo un papel mixto y la zonificación se vuelve clave para la funcionalidad. En esa búsqueda por integrar diferentes actividades dentro de un mismo lugar, cocina, salón, comedor y terraza se hibridan en un único espacio con apertura al exterior. Esto permite que los olores que se recogen normalmente en la cocina desaparezcan, además de integrar el exterior en el interior. La cocina evoluciona hacia el espacio funcional último y acoge no solo las funciones relativas a la preparación de alimentos, sino que sigue evolucionando en su función de eje o punto de encuentro social. Con el regreso de la vida social tras la pandemia, la cocina recoge aún más presión y mueve a los diseñadores a desarrollar modelos de cocinas más agradables. La salud se ha convertido en un tema fundamental y el cómo nos alimentamos, en una parte esencial de la conversación.

Las claves del diseño

El declive de las cocinas equipadas

Los consumidores buscan ahora productos e inspiración para crear un espacio hogareño y que potencie su creatividad y estilo personal mediante elecciones de materiales o colores poco convencionales y de herencia retro.

Pequeños espacios de trabajo en la cocina

La kitchen office queda totalmente integrada en la cocina al combinarse con muebles independientes o con las islas para crear diferentes estaciones para todo, desde trabajar y cocinar hasta comer y entretenerse.

Almacenamiento abierto

La despensa vuelve a aparecer para satisfacer la necesidad de almacenamiento esencial. Esto libera el espacio principal para zonas que recojan otras actividades además de cocinar, haciendo que se sienta más como una sala de estar que como una cocina.

La cocina exterior

En esa unión de espacios de comedor salón y cocina, también se abre al exterior y se equipan las terrazas y jardines con zonas para preparación de alimentos.

Case studies

 
01
Magnet demuestra cómo las cocinas se están convirtiendo en extensiones de la sala de estar mediante el uso de muebles, obras de arte y objetos decorativos.

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02
La cocina Libera de Elmar está pensada para el exterior, pero igualmente preparada para trabajar en el interior. Su diseño nace de la reflexión sobre la vida contemporánea: versátil y fácil de insertar en diferentes espacios.

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03
La idea de VESTA 4.0 es romper los límites entre la cocina y la vida. La pieza central es una mesa de comedor de vitrocerámica Schott Ceran con cuatro zonas de inducción. Un colgante LED crea un ambiente evocador, mientras un espejo de pared de vitrocerámica circular sirve como panel de control que ayuda a cocinar, busca recetas en internet y envía listas de la compra en formato de texto. Imágenes: SCHOTT A

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