Una tendencia en alza que viene dada por el boom del outdoor en residencial, y que ahora se expande al resto de sectores y espacios para permitir al usuario disfrutar de las ventajas de la toma de contacto con el exterior. El outdoor se posiciona como una categoría de producto potente, y según Globenswire, se estima que el mercado mundial de muebles de exterior crecerá a una tasa de crecimiento anual del 6 % para alcanzar los 29 300 millones de dólares en 2023. Según diseñadores, promotores y propietarios, la opción de trabajo en el exterior se sitúa como una tendencia emergente que podría cambiar el aspecto de los lugares de trabajo en los próximos años.
Antes de la pandemia, las empresas eran cada vez más conscientes del impacto que el diseño de su entorno de oficina tiene en la satisfacción, la productividad, la lealtad y el compromiso de los empleados con su negocio. Pero nada como verse sorprendido por un cambio de modelo de trabajo impuesto por un cierre, para obligar a todo el mundo a reflexionar sobre las ventajas y los inconvenientes de los lugares de trabajo tal y como se conocen hasta ahora.
El exterior de la oficina tiene un nuevo propósito y un nuevo papel que desempeñar en el ecosistema laboral. Según el informe The Future of Work de Jill, el 35 % de los ejecutivos encuestados tiene intención de aumentar la inversión en espacios dedicados al descanso y la recuperación de los empleados, como espacios al aire libre o jardines en las azoteas.
Los espacios exteriores se rediseñan ahora para albergar las tareas que los empleados harían en el interior, por lo que deberán estar optimizados tanto para momentos de productividad como para otros de relajación. Los exteriores se convierten así en una extensión más de la oficina. Las zonas verdes supondrán un atractivo más para atraer a los empleados de vuelta a la oficina, ya que este tipo de espacios que conectan con la naturaleza no solo ofrecen un respiro de los encorsetados espacios interiores, sino que mejoran la salud mental y física de las personas que los habitan.
Por su parte, las terrazas y azoteas se transformarán, añadiendo infraestructuras que integren las nuevas tendencias y conceptos respecto al trabajo, como pérgolas y patios zonificados que integren tareas y reuniones de trabajo, ya sean formales o informales.
La introducción de espacios al aire libre está dejando innovaciones a todas las escalas. Los patios adosados a los espacios interiores son los principales protagonistas y los hackeos con plantas suponen una solución accesible para las oficinas que no puedan permitirse una remodelación tan extensa.
Para aprovechar el espacio exterior de las oficinas, surgen nuevas tipologías de producto que aseguren un espacio protegido para socializar y relajarse. Este tipo de construcciones prefabricadas se plantean como una nueva línea de producto que estandarizaría su construcción, pero que en un proyecto de arquitectura se tendría que hacer ad hoc.
El home office y el trabajo híbrido han inspirado a las empresas a mover sus oficinas fuera, hasta el punto de deslocalizarlas de las grandes ciudades y plantearlas en espacios inmersivos en plena naturaleza o zonas rurales más pausadas.
El concepto de zonificación de los espacios semiabiertos mediante el uso estratégico de los muebles y la decoración se traslada también al exterior, con zonas y funciones definidas que permitan reuniones semiprivadas y espacios de concentración.
La experiencia de compra omnicanal obligará a pensar cómo la tecnología puede funcionar como facilitadora de la compra.
Más que una tienda como un expositor de producto, se plantean como un lugar donde experimentar de primera mano la propuesta de valor de la marca, con ‘espacios comprables’ que convierten restaurante u hoteles físicos en espacios de compra online.